Jóvenes Emergentes
SETBA apuesta para exponer una cuidada selección de artistas que muestra buenas dosis de imaginación, y la busca constante de la creatividad; en cambio la Sala Parés con ARTE<30 2012 ofrece una muestra discutible en cuanto a innovación, temàtica y técnica.
El arte no debería tener limitaciones de edad. La creatividad no puede circunscribirse a las fronteras del dominio biológico, pues si bien la juventud es vigor, energía y locura, la madurez o incluso la vejez es experiencia, perspectiva en el tiempo y sagacidad en los planteamientos.
No obstante, es habitual que las galerías de arte organizan colectivas donde los jóvenes son protagonistas, con el fin de facilitar una salida tanto expositiva como comercial a la ingente osadía creativa de cualquier joven artista. Y si bien es cierto que, como se ha dicho anteriormente, el arte no puede estar encorsetado por la edad, también es sabido que los artistas jóvenes deben abrirse un camino, y los que están en la madurez ya ha andado por ese pasaje de la vida.
Dos salas de arte, de conceptos bien diferenciados, exhiben obra de valores emergentes. SETBA ZONA D’ART apuesta en su Setba Jove por exponer un conjunto de piezas que abarcan desde la pintura abstracta, la ilustración, la instalación, la artesanía, la fotografía o la escultura, y donde una cuidada selección de artistas muestra buenas dosis de imaginación, y la búsqueda constante de la creatividad, que después de las vanguardias del siglo XX puede parecer una quimera, pero que en SETBA JOVE se hace realidad.
La muestra multidisciplinar Setba Jove cumple en este 2012 cinco años, procedente de Setba Zona d’Art, que desde el año 2008 es mecenas de artistas emergentes, dedicando por ello el principiode temporada su proyección. La iniciativa se enmarca en uno de los elementos principales de la filosofía de Setba, que esdar la oportunidad de acercar la obra de los jóvenes talentos al público, transformando el espacio expositivo en escaparate para los artistas.
En Setba Jove 2012, 14 son los artistes que participan en la muestra: Paula Alonso, Mònica Campoy,Carmen Carrasco, Helena Costa, Eloi Costilludo, Catalina Cueto, Sònia Ferré, Jan Monclús, Kika Moragues, Carles Piera, Raquel Rappini, Javier Rubín, Esteve Rubira i Pere Vilanova.
Destaca sin lugar a dudas, la obra de Carles Piera con su La cornucopia des histoires y Gorgona, realizadas en técnica mixta sobre metacrilato y madera respectivamente. Huyendo de la tradición de materiales y conceptos más artísticos, este joven creador introduce al espectador a la artesanía, para expresar muy singularmente, ideas y planteamientos realizados mediante una técnica mixta de ensamblaje, collage y modelado, por lo que la escultura contemporánea toma un nuevo carisma reflexivo, inducido por el tratamiento con carácter de manualidad de la obra, exhibiendo una particular “ luminosidad” en cuanto a miedos, actos, ambiciones, que el ser humano ha ido cultivando a lo largo de la historia, no exenta de magia y poesía. Un mundo triste y viejo que se define en secreto en algún rincón olvidado que muere en soledad, tal como también expresa su Gorgona, el hundimiento de una sociedad en un mar del futuro, oscuro e incierto.
Paula Alonso presenta Palafitos urbanos, una ciudad imposible, un submundo urbano, que atrae la atención del espectador tanto por su montaje, como por su aparente debilidad. Mònica Campoy con su Facedog introduce fotográficamente al espectador en el carácter de un perro, y en su particular visión mundo interior del mismo, en el exclusivo mundo de los animales de compañía, desconocido en realidad para el ser humano. Carmen Carrasco con su grabado Visión binocular, demuestra un gran dominio de la técnica, y una visión del paisaje al natural, a través de un cuadriplico, con un interesante y curioso planteamiento estético.
Las instalaciones corren a cargo de Eloi Costilludo i Helena Costa – WALLeHD y Esteban Rubira – Bateria de cuina. En la primera se pretende crear un envoltorio de zumbido electromecánico que nos induce a la reflexión sobre la dualidad de la memoria, gracias a una video-instalación de 5”10’ de duración, compuesta de una estructura monolítica de 68 discos duros, alimentados de energía. Una obra efímera visualmente sugerente y mentalmente atractiva que no deja indiferente al espectador, mientras que con Bateria de cocina es una instalación donde se da vida activa a una singular orquesta formada por utensilios de cocina, donde elementos tan comunes como unas ollas, una cafetera o los fogones con las luces, consiguen crear un sorprendente efecto cuando empiezan a tocar percusión al ritmo de las canciones que van sonando por la radio.
La pintura corre a cargo de Sònia Ferré – Song of RT y de Jan Monclús – Actes no protocolaris.
Ferré destaca por una irradiante abstracción, con aparente dominio cromático, pero son las formes geométricas, plasmadas con una perspectiva de altura, que dan una visión abigarrada, densa y casi descontrolada de la obra, e incluso inherente. Jan Monclús, por su parte, ofrece una figuración ectoplasmica, como si de perfiles fantasmagóricos se tratase. Una visión que induce a intentar descubrir las sombras que envuelven al ser humano.
Con respecto a la fotografía, los artistas escogidos merecen especial atención por los conceptos y temáticas utilizados: Catalina Cueto con su Ser/hacer o Raquel Rappinni con su Chiringuito de Dios, muestran una obra crítica con la sociedad actual, que relega al individuo a una masa desorientada, desilusionada, sin perspectiva, pero que obliga a una competitividad mecanizada, a una deshumanización constante y apenas perceptible, donde las humanidades quedan esclavizadas a la pura subsistencia. Material gráfico realizado con calidad, y con un sentido estético cuidado, y sin ningún tipo de confusión en la temática.
Finalmente, Kika Moragues presenta la escultura estéticamente de concepto clásico, de una nariz humana, bajo la visión de objeto fálico masculino, al tratarse de una protuberancia y de órgano secretor. Una re-interpretación curiosa y que sin duda invita a la reflexión.
SETBA ZONA D’ART, sin apenas patrocinio institucional, y a través de una mecenazgo privado y comercial, apuesta por una exposición de obra joven abierta, con diversidad de directrices, siempre con planteamientos arriesgados, innovadores y algunos muy atrevidos, bajo los principios de calidad, creatividad y transformación.
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Marta Teixidó
Crítica de arte