Y con este mes de septiembre, ya son ocho las ediciones que suma el Natura es Cultura desde que lo pusimos en marcha, en 2012!
Este proyecto consiste en un respiro artístico en la naturaleza y está pensado para personas que conviven con trastornos mentales. Desde 2014, el artista aviyonense Quim Moya es una parte muy importante de esta iniciativa que combina arte, naturaleza y trabajo en equipo.
¿Quién es Quim Moya? Háblanos un poco de tu trayectoria como artista.
Creo que todo me pasa desde la intuición. Desde joven empiezo a interesarme por la creación; conozco y me emociono con el trabajo cultural y social en colectivo. Voy aprendiendo a crear y a trabajar en plataformas para hacer posible lo que creemos necesario, centrándome en la organización de actos que acerquen el arte, la sensibilidad y la cultura a todo el mundo. Así que es desde este punto, desde donde siento que empieza y se impregna mi lenguaje artístico, desde las relaciones humanas. Estas nutren el espectro creativo, cada pincelada de mi obra en el taller o en el escenario.
Sí, soy pintor, pero de los que trabajan gran parte de su obra fuera del taller.
Conducir un proyecto como el Natura es Cultura significa trabajar con colectivos en riesgo de exclusión ¿cómo valoras esta experiencia?
Para mí es un aprendizaje constante. Un intercambio de conocimientos y, sobre todo, de emociones. Un regalo continuo de autoconocimiento y también de conocimiento ajeno, para ampliar la mirada y la visión de las
realidades que forman la sociedad.
Considero que no son los integrantes de estos colectivos los que se lo tienen que trabajar, es la sociedad la que tiene que ir haciéndose más solidaria; bueno, darnos cuenta de que somos una unidad formada por individuos. Cada uno tiene mucho que aportar, y este proyecto es una muestra de ello, porque cuida el trabajo individual y el proceso de creación en equipo por encima, seguramente, del resultado plástico final.
La experiencia es muy, muy intensa.
¿Y anteriormente, ya has trabajado con colectivos como el de salud mental? ¿Cómo lo has vivido?
Pocas veces con la intensidad que ofrece el Natura es cultura, a través de los talleres y de la convivencia. Lo vivo flipando y emocionándome por cada reacción, por cómo los participantes me enseñan a vivir sin filtros, por las ganas de empezar en cada momento y porque no dan nada por conocido … y todo ello, con una mirada hacia la vida que da envidia. Sí, por la inocencia, a pesar de los golpes recibidos.
¡He aprendido tanto!
Por ejemplo, es impresionante el camino que queda por recorrer en la lucha contra el estigma de las personas diagnosticadas de enfermedades mentales … Todos estamos expuestos a traspasar los límites de la salud mental, y un altísimo porcentaje de la población sufre, en algún momento de la vida, una enfermedad mental, más o menos transitoria.
No puedo más que aprender de cada momento, de la ilusión, la lucha y la gestión personal de cada integrante de los grupos que he conocido.
Sería imposible quedarse frío con el retorno sincero, cálido y emotivo para cada momento vivido. Sólo me queda aprender y agradecerlo.
Ya se ha demostrado que el arte ayuda a potenciar las capacidades de cualquier persona. ¿Cómo lo has vivido y cómo crees que podemos avanzar en esta línea?
Creo que el arte, la cultura o la creatividad son puertas que ayudan a abrir la mente. Nos ayudan a ser más “humanos”, a conocernos interiormente y, por tanto, también en cuanto a nuestra relación con el entorno.
En este proyecto, al arte se suma un entorno de calma y tranquilidad, que facilita y amplifica las opciones de llenarse de buenas sensaciones, de impregnarse de una vida más fluida y menos agresiva . Me gusta volver a la emoción en el arte, a la espiritualidad del acto más puro y sincero de crear, a la generosidad de la dedicación completa para la investigación y la expresión.
Como avinyonense, ¿cómo valoras la intervención que se ha hecho en el Bosque de la Torre de los Soldados?
El bosque en sí ya nos da infinidad de posibilidades de vivir la belleza y de conectar con tantas cosas… pero veo este proyecto como un reclamo más, como una inyección de color, reivindicación y esperanza. Es un proyecto que suma muchísimas sensibilidades y muy diferentes, desde los artistas que han pintado los árboles, hasta los alumnos de la escuela Barnola que también han añadido su visión. Y todo aquel que camina por este conjunto tan bonito que forma el Bosque pintado, entre la Torre del Soldado y los impresionantes muros de piedra seca del camino de trashumancia.
Quiero pensar que es un proyecto que se añade al sentimiento de orgullo y estima hacia nuestro territorio y sensibiliza en diferentes aspectos, como las enfermedades mentales o el medio ambiente. Así que sí, si nos hemos sumado al proyecto, es porque creemos que beneficia al pueblo.
Y por último, ¿crees que el arte y la cultura pueden transformar la sociedad? ¿Y cómo lo plantearías tú?
Casi siempre lo creo, y a veces lo siento desde muy adentro. Son pequeños cambios, que se van sumando a las mentes y a las emociones de las personas, para ampliar los puntos de vista y dar más opciones para evolucionar como seres humanos. ¡Y como habitantes del planeta tierra!
De hecho, más que como lo haría, te diría cómo lo hago… poniendo todo el esfuerzo y la energía en difundir el arte, la creación, el territorio, los valores y las emociones. Y compartiéndolo. Sea desde un cuadro, desde un espectáculo de pintura en directo, desde un taller, apoyando cualquier entidad que trabaja por el bien común o desde la Residencia de artistas Cal Gras.
Evidentemente, todo transforma la sociedad, cualquier actividad, cualquier pensamiento… a veces en una dirección y en ocasiones en la contraria. Pero el objetivo es poder crear una sociedad más justa, donde cada persona pueda desarrollarse y donde también tenga la opción de ser y sentirse parte de la sociedad. En la homogeneidad se pierde la riqueza de cada persona única, de cada cultura.
Pues en esta línea seguiremos trabajando, poco a poco, cada uno desde su lugar en el mundo. ¡Gracias Quim!