Entrevistamos al director de DINCAT y ex diputado en el Congreso, Carles Campuzano, porque nos haga una valoración sobre el proyecto “Premio Setba” y sobre las dificultades que se enfrentan día a día las personas con discapacidad intelectual.
¿Cómo, desde DINCAT, trabajáis para las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo?
Desde Dincat, que agrupa casi 300 entidades del Tercer Sector social y representa los derechos de más de 40.000 personas con discapacidad intelectual y sus familias en Cataluña, trabajamos día a día a través de los valores de Solidaridad, Compromiso, Participación, Profesionalidad, Eficacia, y Transparencia, con el objetivo de garantizar los derechos de las personas, una inclusión social y laboral digna, así como para velar por la igualdad de oportunidades y una vida más justa para estas personas en todas sus etapas vitales.
Organizamos servicios y apoyos para las personas con discapacidad intelectual siguiendo el que determina la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU 2006): Autogestión y autorepresentación; Accesibilidad cognitiva; Derechos; Ética; Salud; Victimización; Ocio inclusivo; y Voluntariado inclusivo.
Por otro lado, trabajamos para representar a las personas en las diferentes etapas de su vida. En cuanto a la infancia y juventud, Dincat defiende un modelo educativo inclusivo, que ofrezca las mismas oportunidades a todos los niños y jóvenes. Por otro lado, en cuanto a la etapa adulta, defendemos el modelo de vida independiente y apostamos por el derecho al trabajo útil y digno como garantía de plena inclusión en la sociedad. Finalmente, y cuando la persona llega a su etapa de envejecimiento, trabajamos para la mejora de su salud, la salud mental y el acompañamiento en el proceso de jubilación.
¿Cuáles son los principales problemas que actualmente se encuentran las personas con discapacidad?
Desgraciadamente los retos que afrontamos como sector, y como sociedad en general en relación al sector de la discapacidad intelectual, son muchos y cada día más urgentes. Algunos ejemplos claros, que afectan directamente a la calidad de vida de las personas, son la dificultad de acceder al mercado laboral o a plazas a servicios residenciales o de atención diurna.
En cuanto a la primera cuestión, las cifras son claras. En Cataluña la tasa de paro de las personas con especiales se sitúa en el 43%. Esto representa que tan solo una de cada tres personas con discapacidad intelectual está trabajando. Se trata de un colectivo de personas con especiales dificultades para incorporarse al mercado de trabajo. Hacen falta medidas que impulsen la contratación, tanto en las empresas ordinarias, para dar cumplimiento a la cuota de reserva del 2%, con la metodología del Trabajo en Apoyo, con apoyos más intensos y más extensos a las empresas y a las entidades que trabajan la inserción laboral y a la vez fortalecer los Centros Especiales de Trabajo de iniciativa social que dan trabajo a personas que es muy difícil que tengan un contrato estable al mercado ordinario, por la vía del aumento de las subvenciones al salario y la puesta en marcha de un programa de inversiones para la creación de nueva ocupación. La vía de contratación pública en los Centros Especiales de Trabajo de Iniciativa Social tiene que ser también un motor de creación de trabajo. Y finalmente, en el ámbito de la ocupación, las administraciones tienen obligaciones legales en forma de cuota de reserva del 7%, que todavía se incumple.
Por otro lado, la problemática en torno el acceso a los servicios residenciales es, también, muy grave y vulnera el derecho de estas personas a poder vivir donde, como y con quienes quieran, tal y como determina la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU. Desde Dincat, denunciamos que actualmente, y según datos propios de la Generalitat, más de 3.250 personas con discapacidad en Cataluña restan a la espera de una plaza residencial para poder vivir, una larga lista de espera que, en algunos casos, llega a demoras de hasta 10 años. Una problemática que se tiene que resolver y que, sin duda, angustia profundamente a las familias, y obstaculiza que las personas con discapacidad Intelectual puedan tener una vida independiente como cualquiera persona adulta. Como sociedad tenemos que aspirar a hacer desaparecer las listas de espera por estos servicios.
¿Qué representa para DINCAT colaborar con la Fundación Setba?
Para nosotros colaborar con un proyecto tan cualitativo de cultura con valor social es, aparte de un placer, una ventana de oportunidad y de visibilidad para las personas con discapacidad intelectual. Poner en valor el vínculo entre arte y personas con discapacidad intelectual, potenciar su talento, y no solo haciéndolo desde una voluntad terapéutica, sino de profesionalidad, es un paso más hacia la inclusión y el reconocimiento de estas personas y sus capacidades. Por eso, celebramos que exista un proyecto como este y, sin duda, esperamos seguir colaborando y llevando a cabo proyectos conjuntamente.
Hemos visto que estos artistas tienen problemas de recibir la pensión si han vendido algún cuadro, ¿es cierto? ¿Lo ve como una barrera para llegar a profesionalizarlos? ¿Cómo se podría solucionar?
En Dincat no nos consta y no hemos recibido ninguna queja en este sentido. Ahora bien, es probable que se den casos, teniendo en cuenta que la actual regulación de las pensiones las hace incompatibles con la realización de actividades económicas. En este sentido, se tendría que ir hacia un régimen que lo haga compatible, para impulsar y fortalecer que estas personas se animen a dar a conocer su talento y, como cualquier persona, puedan recibir una compensación económica por este, sin que esto los obligue a perder su derecho a una prestación que, a buen seguro, necesitan teniendo en cuenta la multitud de sobre costes que puede suponer tener una discapacidad intelectual.
¿Cómo valora el proyecto magistrales de la Fundación Setba, cree que las entidades tendrían que incorporar profesionales en el arte en sus espacios y talleres?
El proyecto Magistrales es una iniciativa fantástica que pone en valor una realidad tan sencilla como, en muchas ocasiones, invisible: tener discapacidad intelectual no es incompatible con tener talento y una gran capacidad artística. La muestra de los artistas que participan en Magistrales es de una calidad excepcional y creemos que hacerlo visible gracias a la Fundación Setba es una responsabilidad social muy importante.
En este sentido, desde Dincat consideramos que sí que podría ser interesante contar con profesionales en el arte en las entidades o con proyectos puntuales que remen en este sentido, con el objetivo de estimular el talento de estas personas.
¿Crees que el arte y la cultura pueden transformar la sociedad?
El arte y la cultura, sin duda, juegan un papel clave a la hora de construir sociedades más justas y solidarias. Nos permiten generar oportunidades de desarrollo económico y social en grupos de población en exclusión social. Por eso, es importante entender el arte como un servicio a las personas no elitista, puesto que acontece una herramienta muy poderosa de expresión social y empoderamiento personal, para conseguir el cambio social y demostrar que un mundo mejor es posible.
Proyectos como los que lleva a cabo la Fundación SETBA son esenciales para proyectar las capacidades y el talento de las personas con discapacidad intelectual como artistas; es una gran manera de avanzar hacia la plena inclusión y, por lo tanto, es una muestra más del poder transformador del arte y la cultura.