‘Resiliència’ per Marta Teixidó
Article de Marta Teixidó sobre l’exposició ‘Resiliència’
En el entorno artístico hay exposiciones que si bien se planifican y se exhiben sin distinciones ni diferenciaciones de ninguna clase, es necesario disponer de información previa, entendiéndose por experiencia amplia y sin restricciones en visitar exposiciones
RESILIENCIA, la muestra que hasta finales de este mes de febrero exhibe Setba Zona d’Art queda encuadrada en el concepto que se acaba de exponer. Y ello es bueno, puesto que obliga a la mente del espectador a elaborar significados, examinar simbologías o buscar mensajes.
En psicología, la palabra Resiliencia significa: Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. En un lenguaje más coloquial podría traducirse por “salir a flote de los envites de la vida”, y tanto palabra como concepto son las que dan origen a una muestra sencilla de planteamiento pero compleja de comprensión, dado las diversas perspectivas que se ponen de manifiesto.
Naturaleza, primitivismo, dolor, cotidianidad familiar, rutinas, enfermedad… el ciclo de la vida, un tiempo y un lugar. La lucha constante y frenética del ser humano por superar día a día las dificultades de una sociedad moderna, que no ha encontrado substituto en su renuncia a valores tradicionales, y con ello se encuentra en la disyuntiva seguir una corriente en la que se ha visto inmerso sin saber cómo ni comprender el por qué.
La exposición no deja indiferente. Es extraña, sugerente y extravagante. El visitante se encuentra con un canto a la naturaleza con materiales pesados y abruptos – fundición de cobre, hierro forjado y talla en madera de encina, por ejemplo – procedentes de la misma. Las esculturas de FRANCO FILIPPONI: Relumbra al sol, que en palabras del propio autor: “recogen su esencia de episodios donde la acción devastadora del hombre. Dejan su huella en la superficie, no fechas ni lugares concretos sino que episodios que se repiten a todo lo ancho de la tierra…”). MIQUEL SAMITIER también apunta hacia este sentido con su 14 Raons (14 razones), una pieza escultórica cortante y visualmente dura de contemplar, a la que el artista define como: “La forma es el diagrama entre la pulsión interna de un cuerpo y la resistencia del medio.”
Las fotografías a todo color de LORETO GONZÁLEZ, donde el decorado es real, sin photoshop ni montaje alguno, perfectamente encuadrado y con estudiado contraste entre luces y sombras, y la brillantez del color: Mente. Loreto González, artista – protagonista de las imágenes – y también madre de familia declara como su situación límite: “Mi vida es una lavadora, sencilla y profundamente… Mi reflexión nace de la experiencia de la maternidad y la formación de una familia. Más que una metáfora, esta frase medio ridícula dice una verdad: cotidiano, simple y enloquecedor. Es el relato de un sentimiento complejo, que contrasta felicidad y amargura, entrega y frustración; compañerismo y soledad; amor y odio… pena, mucha pena… armonía y caos… locura… conformidad y rebeldía, gordura y delgadez, dolor y placer. Nostalgia…
MARION LAURENT ofrece al espectador tal vez la obra más “kistch” de la exposición. La vie d’Hélène. Una instalación no exenta de originalidad, pero también de cierto mal gusto. Un busto de mujer rodeado como en un altar de relicarios, imágenes religiosas junto con una dentadura postiza, o la fotografía de un niño.
Para la artista: “Mi obra evoca la lucha de Marie Durant, encarcelada 38 años en la Torre de Constancia, en Aigues-Mortes, por defender su religión, el protestantismo; ella luchará contra viento y marea hasta inscribir con sus uñas la palabra “resistez” («resiste») sobre las piedras de su prisión. Y es la palabra «resistir» que también yo grabo, en infinitivo, en el pecho de este busto como expresión de la fuerza interior. Esta palabra que es para mí el símbolo de la resiliencia femenina…”
ARIANE PATOUT ofrece la curiosidad de la exposición con su Fragmento de resiliencia. Una obra realizada en madera, metacrilato y luz. Un rompecabezas de piezas perfectamente ensambladas, ofrecen un montaje estéticamente agradable, pero que en palabras de la autora, define como: NINGÚN LUGAR
somos
soy
pieza
porción
fragmento
¿de una totalidad?
encajar
unirse
aislarse
sobrevivir a eso
o vivirlo
No obstante, sin lugar a dudas, la obra más impactante y también más conmovedora es la de MARCIA YAÑEZ y su Conquista de la célula.
Un trabajo que es un clamor por la vida y por la incomprensión a que nos somete, por el precio a pagar de unas culpa que ignoras. ¿Por qué me pasa esto a mí en mi juventud? ¿Por qué mi estancia en un hospital cuando tengo tanta vida que dar? Artista chilena operada de cáncer de colon refleja en sus fotografías en blanco y negro y en color, una desnudez real y espiritual ante los acontecimientos a que se ve sometida: dudas, sufrimiento, impotencia e incomprensión.
La artista define la obra como: “El pasado mes de agosto me detectaron un cáncer y esa resiliencia ahora está implícita en mi, en mi casa ……………. en rincones inesperados que me han evocado emociones de todo tipo, pero todas con algo en común, las ganas de querer salir, resistir, mejorar, observar y transformar lo que es una enfermedad en algo nutritivo y distinto, para volver al bienestar, a la salud de nuestra alma, cuerpo y mente”.
Si bien el espectador informado, puede realizar ciertas similitudes con el film de Bertrand Tavernier “La muerte en directo”, siempre se ha dicho que el estado físico y anímico de un artista queda reflejado en su obra. Marcia Yañez ha expresado con fotografías el mismo.
Finalmente, GUILLAUME POUSSOU con su “Aliment i materia” presenta un conjunto de fotografías enmarcadas bajo el siguiente pretexto: “Aliment i matèria” propone una observación activa de lo cotidiano, centrada en la vivencia personal de la transformación como lugar de investigación y aceptación”. No obstante, es bastante simple, sin excesiva originalidad, al igual que CARLOS GAVILAN con “Montaña Semilla”, realizada con Iroko. “Como sembrada en el ombligo del mundo, la inmutable montaña crece en nuestro interior materializando cada experiencia.
En conjunto una exposición de contrastes estéticos y de desigualdades artísticas, lo cual no es negativo, puesto que entra de lleno en la diversidad artística y conceptual actual. Una muestra en la que se invita al visitante a ser parte muy activa, a no quedarse como simple observador, a analizar, a sentir, a conmoverse, a extrañarse, sorprenderse… a vivir como SER HUMANO.