Entredos 3.0
Les artistes Rosa Solano i Fiona Capdevila recuperen l’exposició Entredos 2.0, que va acollir Setba Zona d’Art el 2010, i la porten al Museu Balenciaga de Getaria.
Notícia extreta de MIRARTE
UN REPORTAJE DE MARTA ESNAOLA. FOTOGRAFÍAS JAVI COLMENERO – Sábado, 13 de Diciembre de 2014
La memoria de las modistas cabe en una maleta
EL MUSEO BALENCIAGA ACOGE LA EXPOSICIÓN ‘MALETA DE UNA MODISTA. ENTREDÓS 3.0’, DE LAS ARTISTAS FIONA CAPDEVILA Y ROSA SOLANO, UN HOMENAJE A QUIENES TRABAJARON EN LOS TALLERES DE COSTURA
Los objetos del interior de una maleta pueden revelar infinidad de detalles sobre la vida de su dueña. La de una modista, sin embargo, puede mostrar más que eso: la vida y el trabajo de un colectivo. La artista textil Fiona Capdevila se encontró accidentalmente con la maleta de mimbre de la modista catalana Pilar Ayarza, que trabajó para Balenciaga, y junto con la artista multidisciplinar Rosa Solano, decidió rendir homenaje a todas esas mujeres que se dejaron los dedos en los talleres de costura. Así surgió la exposición Maleta de una modista. Entredós 3.0, que se inaugura hoy, día de Santa Lucía, patrona de las modistas, en el Museo Balenciaga de Getaria, y que podrá visitarse hasta el 12 de abril.
“Yo fui a por un maniquí y me llevé un legado”, confesó Capdevila al ser preguntada por cómo se hizo con la maleta. Al morir Pilar Ayarza en 2007, la casa del barrio de Gracia en la que había vivido desde que nació pasó a ser propiedad de otra mujer. Esta comentó a Capdevila que tenía un maniquí que podía serle útil y le invitó a su casa. “Allí había mucho más material, así que al final me lo llevé todo”, explicó. Poco a poco, su investigación les llevó a conocer tanto a Ayarza como a otras modistas. “Se trata de gente que trabajaba muchísimo para llegar a esos niveles de perfección”, apuntó Capdevila, quien no pudo evitar comparar a las trabajadoras de hace más de medio siglo con las de hoy en día. A su juicio, hay más diferencias que similitudes.
Pasarela, cuadros y trajes
Tras la investigación, abrieron la maleta y se pusieron a crear obras que luego adquirirían forma de exposición. La muestra del museo, que acoge algunas creaciones de 2010 y otras nuevas, recibe el visitante con dos cuadros: el primero es una fotografía de Ayarza junto al taller de Balenciaga de París. El segundo, un reportaje que cuenta cómo era el día a día de una modista. “Creemos que puede hablar de ella”, explicó. También se aprecian la maleta de mimbre de la modista y algunos de los patrones de papel enrollados y prototipos o tuals que había dentro de ella. Después, el visitante se sumerge en un mundo textil con obras muy diversas. Por ejemplo, Solano muestra unas pequeñas casas hechas con materiales habituales en un taller de costura, como pueden ser las tijeras, las perchas o los botones. Tras esa primera sala, se atraviesa una instalación que simula ser el taller de la modista, en el que las artistas han utilizado elementos de la casa de Ayarza, como su tabla de planchar o una lámpara. También suena música de los 60 en una radio antigua.
La “obra homenaje” de la exposición es una pasarela de tela sobre la cual las artistas están confeccionando un grafitti textil
La sala principal acoge obras creadas con diversos materiales como botones, acericos o patrones. Solano se ha encargado sobre todo de decorar las paredes con sus cuadros, en los cuales ha utilizado réplicas de los patrones de la modista y otros objetos. “Es muy interesante, porque al no saber cómo interpretar los patrones, ha dado rienda suelta a su imaginación y ha creado algo abstracto”, declaró su compañera. En la misma sala también hay prendas confeccionadas por Capdevila. “Cogí los patrones de la maleta y creé los trajes”, explicó, y agregó que para los estampados utilizó el papel sobre el que había dibujado la modista, en la mayoría de los casos, con publicidad de algunas tiendas de Barcelona.
Pero la obra que más espacio ocupa es una “pieza de homenaje a las modistas”. Se trata de un “grafitti textil” que están realizando sobre una gran pasarela de tela, “no de glamour, como las de los diseñadores”. “En abril, antes del cierre de la exposición, haremos una performance y completaremos el grafitti”, anunciaron.
Memoria de las modistas
También hay otra pasarela en la entrada al museo, pero esta permanece en blanco, por ahora. “Nos gustaría que los visitantes dejen algo de su memoria en esta tela, así que hemos dispuesto trozos de tela, hilos y lápices para que cada uno pueda aportar lo que quiera”.
Después de haber visto el partido que se le puede sacar a la maleta de una modista de Balenciaga, el museo se ha propuesto reunir toda la información posible sobre las modistas de aquella época. “Nos gustaría investigar sobre las mujeres que trabajaron con el diseñador, así que hemos publicado unos formularios para facilitar la labor a quien nos pueda y quiera ayudar”, explicó la directora del centro, Miren Vives Almandoz, quien señaló que les interesa recabar nombres, testimonios, documentos y fotografías . “Con todo lo que recibamos, realizaremos una investigación y devolveremos a la sociedad la respuesta a lo recibido”, agregó.